El minuto heroico
Definitivamente me la merezco, aunque a veces por instantes lo dude.
Es bastante curioso como algunos días llegan esos momentos en los que de pronto me encuentro bailando como loca con mis hijos frente a la televisión y me siento ella, me revuelco con ellos por todo el jardín sin mortificarme por el polvo, por mi atuendo, o por la hora y me recuerdo a ella, entusiasmada por las tardes me pongo a inventarnos actividades como hacer galletas, construir la pista mas grande del mundo, preparar palomitas desde cero, freír viejitas, explotar la creatividad, pintar y armar veletas para el viento tirados en el piso, entablando grandes conversaciones sobre el amor y la compasión, los ángeles, el respeto y Diosito y me veo en ella.
Nos parecemos tanto.
Y ella me ve a mi, casi siempre exhausta, contenta pero cansada y me trata de convencer de que deje de brincotear, de que descanse, me siente y me aplaque, pero ella sabe que es imposible, hizo lo mismo con nosotros, no paró, no para, ni parará con sus nietos, aunque ya ha aprendido a cerrar cómo bóveda la puerta de su cuarto si necesita tranquilidad y acostarse a dormir y yo por consiguiente a respetar su sueño y a cuídarselo contra viento y marea.
Ser mujer y ser mamá es eso: no detenerte jamás. Trato de recordar de dónde vino este impulso aprendido.
Claramente ella me lo enseñó.. “El minuto heroico” le llama con gracia, no se de donde lo sacó pero oigo la expresión desde muy niña y su nombre lo dice todo: consiste en determinar qué de verdad existe un momento del día en el que no importa cuan exhausta estés, que tan apática, triste, desmotivada o aflojerada te sientas, ya sea acostada, parada, tumbada, destruida, sentada, o derrotada…
Siempre habrá este breve lapso y espacio de tiempo maravilloso casi invisible en el que una decide pararse de un brinco, sacudirse todo lo que la detiene, reiniciarse, desempolvarse, ejecutar, empezar, seguir, amar, agradecer, continuar, VIVIR.
El minuto heroico es un tesoro y mi mamá también, pues me dio los anteojos necesarios para vislumbrarlo entre las horas más oscuras de mi vida y a detectarlo para que jamás pasaran desapercibidos estos 60 segundos en los que se decide que se PUEDE ser feliz a pesar de todo.
Gracias mamá, por este año heroico.
🥰
ResponderEliminarMe gustó mucho el título y la lectura.
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