Sobre la maravillosa maternidad tediosa
Hay algo que muchas callan y que ni una dice. Quizá porque suena horroroso o tal vez porque no existe un ambiente propicio para expresarlo sin que a una la hagan sentir culpable, pero ya no cabe más en mi pecho ni en el anonimato:
A VECES ES ABURRIDISIMO SER MAMÁ.
Lo leo y suena horrible, pero no es queja, o quizá si, pero llamemosle mejor un desahogo muy necesario, pues con la maternidad sucede algo a lo que a mi me gusta llamar "El freno de mano", que es pasar de ser una persona proactiva, enérgica, mitotera, multifacética y vaga, a estamparte con una suave pared en seco y convertirte en una mujer que se queda en casa CRIANDO con todo el privilegio que esto conlleva (tampoco crean que estoy tan bruta) pero la misma prerrogativa a veces también parece una señal monstruosamente gigante, colorada y hexagonal en el camino de la vida que grita: "ALTO, HASTA AQUÍ LLEGASTE".
Sigue sonando terrible, enredado y confuso, pero es verdad.
Hay tantas cosas que las mamás quisiéramos hacer y no podemos, porque pareciera que el tiempo se nos esconde y si lo encontramos se nos acorta, y al dos por uno, más. La madrugada, el amanecer y la noche se juntan y van agarradas, fundidas de la mano sin dejarnos campito para jugar los juegos de adultos. Y hablo de cosas tan banales como bañarte, hacer ejercicio, pedicuras, cafés, platicas con gente que entiende palabras y también de cosas importantísimas y trascendentales como andar de misionera, creando planes altruistas o proyectos para ayudar con nuestro granito de arena a reducir las tragedias que vive nuestro país diariamente.
Muchas somos mamás de bebés, niños o señores, pero también seguimos siendo nosotras, aquellas mismas mujeres que fuimos antes, aunque ahora nos cubramos bajo un manto transparente casi invisible que se nos monta desde el momento que nos sacan al primer ser vivo del vientre. Es un momento maravilloso, todo cambia adentro y a la vez sigue siendo igual. En un chispazo y nano segundo se te ilumina la existencia y comprendes que TODO depende de ti, igual que antes, pero ahora con más intensidad, más responsabilidad, mas gasolina, más ganas y también más miedo, es inexplicable, ni yo me entiendo.
Este manto del que les hablo nos hace ver la vida con un filtro fabuloso pero también se siente como si nos bajaran todas las palancas eléctricas de una y solo nos dejaran encendidas las escenciales:
"FUNCIONAR EN PILOTO AUTOMÁTICO CON 3 HORAS DE SUEÑO DIARIO",
"NO PERDER LA PACIENCIA"
"MANTENER NUEVOS SERES CON VIDA"
Ser mamá en un mundo que se colapsa es desesperante, preocupante y a veces tristísimo. Los bebés están bien, no se dan cuenta de lo que sucede en el exterior, están protegidos, no les falta nada si tienen amor, son felices de tener a los papás en casa y oír "La Vaca Lola" nueve mil veces por hora. Pero una, si se aleja de la magia de sus ojitos, de sus gracias, sonrisas con dientes nuevos y los deja de contemplar, se puede llegar a sentir como leona enjaulada, encerrada, hambrienta, limitada y atada de manos a la hora de SER, de salir a ayudar, de prestar las manos, la mente y el corazón en tantas cosas que también pudieran ser de auxilio con o sin pandemia.
"Es lo que te toca ahora, estás donde debes estar y viviendo lo que te corresponde" -me repito y de verdad que me la creo. Me hace tan feliz mi nuevo trabajo, mis hazañas de mamá, el compañero que está a mi lado y me socorre en esta aventura, realmente NACÍ PARA ELLO. Todo esto siento mientras mi mente no se distrae, no se desespera y no se me rebela al tratar de adaptarse a su nuevo entorno y labor en el que a veces siente que realmente "NO HACE NADA" y debería ser despedida por un patrón supremo si es que existe.
Y digo NADA, porque es la verdad, todo esto que conlleva mantener a un bebé -o dos- con vida se siente como trabajo invisible, natural, sin esfuerzo, automático, sin pensarle, instintivo y rutinario. Lo repasamos TANTO diariamente que lo podemos llevar a cabo casi con los ojos cerrados y aún así termina una la jornada agotada, derrotada, exhausta, desenergetizada y también aterrorizada porque llega la noche donde sabemos que habrá poco descanso o ninguno y ya empieza el circo su función sin fin otra vez. De verdad que no entiendo de donde salen las energías, sobre todo si una siente que no hace nada importante mientras hace lo más importante del mundo.
Es una etapa preciosa, no lo niego, pero también una donde solo nos dedicamos a contemplar a dos criaturas y YA. Y para eso nadie te prepara. Ningún taller, ni curso, ni video, ni un maldito libro que leí en el embarazo empieza sus capitulos de la siguiente manera:
*BIENVENIDA A LA MATERNIDAD*
"Hola, ser mamá es sentarte TODOS LOS DÍAS a ver a tus hijos jugar, llorar, golpearse, caerse, balbucear, comer, dormir, aprender a ser y NADA MÁS. Ejercita tu paciencia, LA VAS A NECESITAR".
La gente que ya pasó por esto, solo se ríe y no te explica que te vas a transformar en un agricultor que pasará toda su mañana, tarde y gran parte de la noche observando obsesivamente la semilla que plantó, si germinó, si tiene suficiente humedad, si las condiciones son propicias, si la regó de más, si la tierra se está secando, si las hojas se le marchitan, si la fruta se le mallugó, si vendrá una plaga, si es normal la rama que le está creciendo, si tenemos idea de qué tipo de flora sembramos, si crecerá lo suficiente como para dar sombra o si ya de plano la cosecha la echamos a perder.
Son un milagro tan pequeñito y tan tardado los bebés como las plantas, que de verdad me consuela y me causa gran admiración ir caminando por ahí y observar como de repente de entre medio del concreto, bajo las más difíciles condiciones van creciendo florecitas preciosas, aguerridas, fuertes, tercas y aferradas. Es impresionante. Milagroso les digo.
Me dan tranquilidad... observo a mis habichuelas jugar, tan esperadas, tan queridas, en plena fotosíntesis, me voltean a ver ellos, mientras termino de escribir, se ríen, YO SOY SU SOL y me derrito.
Es aburridisimo ser mamá, pero cómo se entretiene a diario el corazón de jardinero.
Toda la razón, está genial tu texto, me sentí muy identificada!!
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